¿Por qué nos gustan las fórmulas que nos hacen sentir "espirituales"? Tenemos una tendencia a elegir una cosa que se convierte en la señal externa de la santidad, la pureza, o la salvación. El problema realmente no es con la ética, ni la moral, ni la búsqueda de la santidad. Es más bien con la fórmula arbitraria con la que a veces queremos medir nuestra “espiritualidad,” pero especialemente la de otros. Muchas veces, esta “fórmula” de la espiritualidad está basada en el control.