La pregunta que nos hacemos desde que empezamos a entrar en razón tiene que ver la existencia. ¿Para qué fuimos creados? La iglesia ha respondido a esta pregunta de una manera formativa. En los catecismos de la iglesia, que son muchos, una de las primeras preguntas que aparece en alguna u otra forma es la siguiente: ¿Cuál es el fin principal y más noble del hombre? La respuesta: Glorificar a Dios y gozar de él para siempre.
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