Hay varios pasajes, como el que veremos hoy, que parecen sugerir que Dios se rinde con nosotros. ¿Por qué parece que Dios se rindiera con nosotros? ¿Alguien se ha sentido así? ¿Cómo podemos estar seguros de que Dios no va a rendirse con nosotros? ¿Qué podemos hacer, en todos los sentidos, para evitar sentirnos de esa manera?